jueves, noviembre 27, 2014

El gobierno intenta reforzar la versión de que los jóvenes fueron asesinados

No hay avance en las investigaciones: Centro Tlachinollan
Fernando Camacho Servín
 
Periódico La Jornada
Jueves 27 de noviembre de 2014, p. 4
A dos meses de las agresiones perpetradas por policías municipales de Iguala contra normalistas de Ayotzinapa, que desembocaron en el asesinato de tres alumnos y otras tres personas, así como la desaparición forzada de 43 alumnos, las investigaciones para ubicar el paradero de éstos están estancadas, pues las autoridades pretenden reforzar la línea de investigación según la cual los jóvenes habrían sido asesinados e incinerados.
Así lo afirmó Abel Barrera, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, quien lamentó que las promesas del presidente Enrique Peña Nieto, de que ampliaría las indagatorias para buscar vivos a los estudiantes, no se hayan cumplido.
A 60 días de los hechos es lamentable que aún no se dé con el paradero de los jóvenes que siguen en calidad de desaparecidos, que no haya indicios reales sobre su situación, en términos de si están vivos o no, ni se haya impulsado una búsqueda que nos permita tener más elementos para esclarecer el caso, manifestó en charla con La Jornada.
Desde el 7 de noviembre, cuando la Procuraduría General de la República (PGR) dio a conocer esa versión (de que los normalistas fueron asesinados y sus cuerpos incinerados) no ha habido un avance cualitativo en las investigaciones. La versión de la dependencia sigue siendo inconsistente, basada en las declaraciones de tres testigos, pero sin fundamento en pruebas científicas, recalcó.
Aunque el procurador Jesús Murillo Karam dijo que la anterior hipótesis no era concluyente y prometió seguir buscando a los jóvenes desaparecidos, en los hechos las indagatorias para encontrarlos con vida se estancaron y lo que se anunció como una línea de investigación ahora lo toman como verdad absoluta.
Para los padres y madres de las víctimas, añadió Barrera, ha sido frustrante que no se atienda la demanda central, que es el motor que da sentido y fuerza a su lucha: seguir buscándolos con vida. Se pidió que se realizara un plan de búsqueda estratégico, con el uso de tecnologías de punta, pero no ha sido así.
Ante la falta de resultados confiables, destacó, la reacción de la sociedad civil a escala nacional e internacional ha sido insólita. Este es un punto de quiebre, de inflexión, un mensaje a la autoridad de que no se permitirán más acciones delictivas de los gobernantes. Si no se logra dar con los desaparecidos, se va a generar mayor polarización social.